Las mujeres que sufren un infarto tienen un perfil de riesgo y unos síntomas diferentes, lo que ponen a la mujer en una situación desfavorable para su manejo, según un estudio multicéntrico y prospectivo con más de 1.000 pacientes realizado en diez hospitales españoles y liderado por el Ramón y Cajal, con el apoyo de la Fundación Mapfre.